viernes, 11 de noviembre de 2011

Podrás pasar desapercibido,
Sin que ello signifique,
Dejarte de sentir.

No hay espacio para predicar importancias,
Ni siquiera necesidad de conceptualizar; “amor”
Quien ha estado realmente ahí se sabe pleno,
Aunque al siguiente día ocurra un inoportuno “qué sé yo”.

Nuestros siguientes días no tienen necesidad de ser,
Pueden bien estar, o acabar tan prontos como iniciaron,
Elegiremos creer lo que mejor nos convenga,
Y en caso de asustarnos, darnos por enterados de un tiempo entorpecido.

Quizás ya no nos apaniquemos como antes.
Quien confiesa que tiene límites, ríe,
Abrazado, despavorido, casi desesperado,
Pero quizás, en la confianza de sus ausencias,
Logre por fin estar acompañado.
Y no hay términos medios que prevalezcan,
Ni matices que debamos explicar,
Estamos siendo lo que queríamos,
Comprendiendo que a veces es digno dejarse llevar,

La sinceridad mata toda clase de inseguridad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario