jueves, 17 de noviembre de 2011


He estado verdaderamente perdida en algún tiempo , y quizás deba escribir para rectificar. No afirmo que vaya a servir de algo, pero surge con naturalidad. Es probable que haya sido a propósito. Debo entender que siempre la teoría es más fácil que una práctica real, y el peligro que se corre cuando sucumbimos en pecados es volvernos incapaces de querer, ó de regresar.
Digamos que todo ha pasado aprisa, que tengo sed, que intento saber y ser mejor; cada escenario evoluciona. He dado un adiós con elocuencia , y además, me atreví a sonreír. He dicho hola con elocuencia, y además me atreví a llorar.
He perdido en gran medida mi facilidad de expresión. Risa da que después de tanto tiempo por fin esté convencida a callar; convencida porque no dependen de mí algunas cosas. 
Ahora los amores son un juego pero un juego sin reglas como siempre debió haber sido, ahora esperar es un engaño consciente, más bien siempre lo ha sido pero antes no lo veía así;  ahora tengo frío, y llueve, pero soy dueña de una frazada que me da el recurso de saber llevar bien ésta pequeña serenata diurna que me comparto.
Mantengo la esperanza de que mañana seremos mejores personas.
He estado tan acompañada como siempre-quizás, o nunca-jamás, lo desee. A la larga ha sido lo mismo, salvo que por cuestiones sociales debo dar una explicación, pero aprendí que ante ojos ajenos se puede prescindir de bases, mientras se exprese con seguridad alguna latente oración. He visto a personas enamorarse y a otros caer. Me he enamorado con ellos bajo conceptos equivocados y he caído después como era lógico. He aprendido tanto de eso que ya no me da miedo enamorarme por primera vez, enamorarme en el verdadero concepto, no en el que siempre había creído y sentido alguna vez.
Intentaré hacerme más consciente cada vez que la vida decida amanecerme otro día más, uno a la vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario