domingo, 21 de agosto de 2011

Se lo que haces, como te mueves, se que es lo que quieres de mí. Vi a alguna chica llorarte penas entre los brazos, pero ella no fue suficiente, se quedo lejos de eso. Aborreces los finales, pero te siguen llegando cuando la magia se te ha escapado. 


De pronto nos conocemos y el miedo te hace dibujar una salida de emergencia que te cubra con elegancia. No te gusta quedar mal con nadie. El problema es que somos de la misma calaña y por eso he aceptado nuestro viaje como un empate ............ que curiosa esa palabra, un empate a lo que antes ha sido empatía.


Durante algún tiempo es probable que yo desaparezca sabiendo que nos parecemos mucho. Aunque sea mucho lo que nos une yo procuro desaparecer de casi todo, de ser posible,,, no te quiero hacer daño; y menos ahora que no estas preparado  para que te duelan nuevos motivos, si no estás listo para eso es porque no estás listo para mí ni para nadie.


Abrase visto… un princípe llorando por los rincones… No porque no exista una princesa que tenga vacante para tí, sino porque no quieres a ninguna.

No te pongas mal eh? A la vida se la lleva adelante como se puede. Si alguien tuviera una formula, no la sabríamos justo nosotros. Por eso, cariño, conmigo no. Porque, lamentablemente debo decir, que pertenezco a esa clase de princesas que tiene un lado de sombra, un fragmento de noche que me persigue en cada paso que doy.

Ahí va el mundo balanceandonos. ¿Quién alimentaría el glosario de aventuras del amor si no estuviéramos aquí?

Claro que te entiendo, pero solo lo suficiente para entender que apenas empiezas a dimensionar la belleza como tal.


No hay comentarios:

Publicar un comentario